Sin embargo, lamento deciros que la historia es total y terriblemente verdadera.
Si quereis saber como este hombre perdió una cuarta parte de su cabeza además de otra historia relacionada con cráneos inverosimiles, no dudeis en continuar leyendo....
Cuando Antonio López Chaj, un pintor
californiano de origen latino, trató de mediar en la pelea que estaba
enfrentando a sus sobrinos con el dueño de un bar y el guardia de
seguridad del mismo, jamás pensó que le podría salir tan caro, pese a ser indemnizado con algo más de 44 millones de euros.
Los hechos, esclarecidos por un tribunal de
California, impresionan tanto o más que la fotografía del hombre sin un cuarto
de su cráneo. Según cuenta el Daily Mail, el guardia de seguridad comenzó a
golpear con una porra al agredido hasta dejarle inconsciente y, cuando ya
estaba en el suelo, le soltó hasta ocho patadas en la cabeza y le estrello el
cráneo contra el suelo en otras cuatro ocasiones. "Creo
que el guardia de seguridad se volvió loco", ha señalado
al diario británico el abogado del herido, que tras la paliza ha perdido el
habla.
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Antonio con sus sobrinos |
Y es que las secuelas no son sólo apreciables a simple vista,
lógicamente el hombre ha perdido gran parte de sus capacidades psicomotrices.
Además de no poder hablar (apenas puede caminar con ayuda de dos hombres), precisa la atención de una enfermera
las 24 horas del día.
Pese a que los 44 millones de dólares de
indemnización suponen la más alta entregada a una sola persona en el estado de
California, existen muchas incertidumbres sobre la posibilidad real de que los
acusados puedan cumplir la sentencia. Y es que tanto el dueño del bar como el guarda están en paradero desconocido
desde que se hizo pública la condena.
Y como "regalo final".....
...la historia de Ibrahim Yücel, el hombre al que veis en la foto. No es noticia por ser el quaterback de los San Francisco 49ers, sino por el extraño dispositvo que su mujer ha ideado para él. Tras más de 26 años y dos cajetillas diarias de tabaco, la desesperación llevó a esta familia a fabricar esta jaula "anti-tabaco".

Todas las mañanas, antes de irse de casa, su mujer le introduce la cabeza en el artilugio para después cerrarlo con candado y quedarse con la única llave.
De esta manera, el pobre Ibrahim tiene que soportar todo el día con el aparato puesto, sin apenas hueco para nada.
Parece ser que después de utilizar parches, pastillas, cigarros eléctricos y hasta hipnosis, la única solución era ésta. Veremos si le funciona.
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Ibrahim con su familia. La hija mayor se descojona. |
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