El lago Antogo, situado en la región malí de Gao, es considerado sagrado por la etnia Dogón. Por tal motivo, pescar en sus aguas está prohibido, al igual que la presencia de mujeres en sus inmediaciones. Sólo durante un día al año, cientos de dogones, procedentes de todo el país, acuden al lago para llenar sus cestas del sagrado pescado que habita en sus aguas. Cuando el chamán termina de pronunciar sus cánticos ancestrales, los pescadores se lanzan enloquecidos al agua creando un espectáculo único en el mundo.
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